A la ola de calor de mayo, muchas partes de España deben sumar otro problema: la temperatura húmeda

A la ola de calor de mayo, muchas partes de España deben sumar otro problema: la temperatura húmeda
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Estamos acostumbrados a oír quejas por el frío húmedo, pero seguramente la humedad se lleve peor cuando acompaña a las altas temperaturas. Tan solo hace unas semanas hablábamos de una ola de calor que asolaba la India, donde el calor extremo se aliaba con una alta humedad para generar una trampa mortal. Estos días hemos visto subir los termómetros en España, así que cabe preguntarnos si es posible que nos veamos en una situación en la que la temperatura húmeda nos pueda jugar una mala pasada.

Cómo se mide el índice de calor. La sensación térmica se mide de distintas formas en temperaturas frías (wind chill index) y cálidas (heat index). Mientras que en las frías se mide como una función de temperatura y viento, con el calor pasa a depender de temperatura y humedad relativa. Esta última medida corresponde también al índice de calor.

Explica la Agencia Estatal de Meteorología, AEMET, (que es quien realiza el cálculo de la sensación térmica) que es una medida que “ayuda a valorar la mayor dificultad que tiene el organismo para bajar la temperatura corporal mediante la evaporación de sudor sobre la piel, por efecto de la humedad ambiente”. El índice de calor se comienza a controlar a partir de los 26ºC y una humedad relativa del 40%. Aunque la fórmula con la que se calcula es compleja, el efecto es sencillo: a humedades altas el índice añade varios puntos a la temperatura.

Tabla Indice Calor Aemet

Tabla de AEMET en la que resume las equivalencias entre el índice de calor y sus componentes (temperatura y humedad relativa).

Cómo se traduce esto. Así, con una temperatura de 27ºC y una humedad del 45% el índice será de 27, pero si la humedad sube hasta el 80% el índice será de 30, es decir, la sensación térmica será de 30ºC. De manera semejante, a 32ºC y con una humedad del 45% el índice indicará 33, pero de nuevo si la humedad sube hasta el 80%, la sensación térmica alcanzará los 44ºC.

Cuando el índice llega a 27 se recomienda precaución. Si el índice se sitúa entre 33 y 40 AEMET recomienda ya precaución extrema. Entre 41 y 53 se habla de peligro, y a partir de un índice de calor de 54 se alcanza el nivel de peligro extremo. Existen además otras herramientas para hacer el cálculo de este índice.

El caso de España. Está claro que lugares cálidos y húmedos como la India pueden padecer este problema, pero ¿y España? En buena parte de la península Ibérica el clima es más bien seco, y más en verano. Sin embargo una humedad relativa entre 45 y 50 % es suficiente para crear peligro durante olas de calor, y es que esos niveles implicarían que una temperatura de 35ºC se sienta como una de unos 40ºC. Si el mercurio alcanzara los 40º ya estaríamos en los umbrales de la zona de peligro extremo.

Como referencia basta decir que, en el mes de julio, la humedad relativa media en Extremadura ronda el 45%, y si bien en Madrid se queda en el 40%, en Andalucía y Murcia en cambio su valor promedio ronda el 60%.

A esto hay que añadir la incertidumbre que genera el cambio climático, que puede tener efectos tanto en temperaturas como en humedad (no necesariamente en la misma dirección.

No es lo mismo que olas de calor. El índice de calor no está relacionado directamente con las olas de calor. No existe una definición exacta de lo que constituye una ola de calor, pero haciendo referencia a la definición que da AEMET, una ola de calor sería una situación en la que, durante un mínimo de tres días, se alcanzan temperaturas superiores “[al] percentil del 95 % de su serie de temperaturas máximas diarias de los meses de julio y agosto del periodo 1971-2000” (en al menos un 10% de las estaciones meteorológicas.

El percentil 95 se calcula ordenando por temperatura todos los días de julio y agosto de los años de referencia, tras lo que se toma el grupo del 95% de los días más fríos. El más cálido de esos días será el que marque el percentil 95. (Alternativamente se puede tomar el día más frío del 5% de los días más cálidos, el resultado será semejante o igual).

Por qué el calor húmedo es peligroso. El calor húmedo, el bochorno, puede ser especialmente peligroso para la salud. Nuestro cuerpo cuenta con varios mecanismos para controlar nuestra temperatura corporal, pero el calor húmedo dificulta el trabajo de este “termostato” interno.

El problema surge porque uno de estos mecanismos que usamos para bajar la temperatura corporal cuando esta sube demasiado es el sudor. Nuestro cuerpo expulsa sudor, principalmente agua, que absorbe este calor corporal. Al evaporarse ese calor pasa al ambiente. Pero la capacidad del sudor para evaporarse depende de la humedad de su entorno: cuanta más humedad más difícil será que el sudor se evapore. El sudor que no se evapora que queda en nuestro cuerpo como una capa de agua caliente y por tanto no cumple su función termorreguladora.

El calor es especialmente peligroso para personas mayores, pero hay multitud de factores que impactan sobre este riesgo. El Ministerio de Sanidad señala factores personales como la edad o el padecer ciertas enfermedades, factores sociales y laborales como la situación socioeconómica y la exposición al calor en el trabajo, y factores locales como el mismo clima.

Cómo afrontar el calor húmedo. Al llegar el calor lo primero que nos planteamos es intentar huir de él. Seguramente ir a la playa o una piscina es la opción preferente de muchos, más en tiempos en los que encender el aire acondicionado es (aún más que otros años) un lujo. Los ventiladores, además de consumir corriente como el aire acondicionado, pueden resultar inútiles, e incluso contraproducentes, cuando la temperatura sube de los 32ºC. Existen muchas otras estrategias para el resto del día, entre ellas hacer caso de las recomendaciones habituales, como evitar exponernos al sol o la actividad física en las horas más calurosas del día.

Imagen portada | Daniel Gonzalez/GTRES

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